Valle del Guadalquivir

Hornachuelos prepara la romería en honor a su patrón, san Abundio

El patrón de Hornachuelos, san Abundio.

El patrón de Hornachuelos, san Abundio.

Hornachuelos celebra el próximo domingo, 28 de abril, su romería en honor a san Abundio, patrón de la localidad. El santo saldrá desde la parroquia de Santa María de las Flores para llegar a la ermita de la Fuente del Valle. A partir de las 12:00 se celebrará la misa oficiada por el párroco Francisco Javier García y pasadas las 19:30 regresara a su parroquia. La romería y la eucaristía contarán con la participación del Coro Rociero de Céspedes.

El Ayuntamiento colabora con la hermandad en la organización de una cita que reúne a cientos de vecinos y que cuenta con la colaboración de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y servicios sanitarios.

El día previo, sábado 27 de abril, a partir de las 20:00, se realiza la ofrenda floral en la parroquia. Como es tradición, la imagen se traslada en carreta hasta su ermita, enclavada en un sentadero de ganado llamado la Fuente del Valle, distante a unos cinco kilómetros del pueblo. Tras la misa de campaña se organizan los peroles, que propician momentos de alegría y convivencia entre vecinos y allegados.

La particularidad de este patrón es su relación con el municipio, ya que Abundio fue un sacerdote nacido en Hornachuelos, donde posteriormente ejerció de párroco. Traído con engaños a Córdoba, confesó su fe ante el Cadí, quien decretó su muerte a orillas del Guadalquivir el 11 de julio de 854. En Hornachuelos, desde 1748 se celebra la festividad en del mártir.

En el capítulo XII de su Memoriale sanctorum, san Eulogio de Córdoba cuenta de "un cierto presbítero Abundio", que era originario de un pueblo de las montañas de Córdoba, Ananellos (actualmente Hornachuelos), y que a la vez ejercía allí de párroco. A diferencia de otros mártires espontáneos que el mismo Eulogio menciona, Abundio no se presentó por sí sólo al Cadí para contradecir la fe de Mahoma, sino que fue llevado ante él con engaños.

Pero, reflexiona el mismo san Eulogio, puesto que Abundio estaba llamado al martirio, no desaprovecha la oportunidad que este hecho le brinda, y una vez ante el Cadí confiesa abiertamente la fe cristiana y la falsedad de la fe del profeta, y es decapitado inmediatamente. Su cuerpo, según la práctica de esos martirios, es abandonado para ser devorado por los perros.

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